Cinéfilos curiosos

jueves, 3 de marzo de 2016

6º FICUNAM + "A GLÓRIA DE FAZER CINEMA EM PORTUGAL" (Manuel Mozos, 2015)

El Cinéfilo Ignorante se va a los puertos mexicanos en pos del Festival Internacional de Cine de la UNAM (Universidad Nacional de México). Una serie de películas de lo más sugestivo bien vale tanto un vuelo por encima de El Charco como un desembolso que, a la postre, es una inversión en experiencias.



Les aseguro que vale la pena. La VI Edición de dicho festival acogió a este que les escribe con una generosa acreditación de Prensa y le atendió mejor de lo que se merece, por lo que aprovecha para agracérselo a la publirrelacionista Georgina Cobos. ¿El certamen? Variado, original, peleón, y con Portugal como país estrella.



Un buen momento para comenzar fue La Inauguración, que se celebró el pasado miércoles con la asistencia y alocución del embajador de Portugal en México. El Cinéfilo estuvo en la protocolaria ceremonia, digna de un evento que, por lo que ha podido ver, ha cumplido con creces. Para empezar, habían convocado un premio que se otorga Antes de la celebración del Festival. O sea: que este abre sus jornadas repartiendo galardones con una idea novedosa: en colaboración con Metro de Mexico, los candidatos debían rodar un corto muy corto relacionado con dicha red de tránsito.




¡Ahí es nada! Ponte a organizar el transporte público de la mayor megalópolis del Planeta y, encima, dedícate a promover la creatividad cinematográfica. Así nos estrenamos: viendo una tira continua de minimetrajes estrechamente ligados a la red de metro de La Ciudad. Sobra decir que la calidad de los mismos superaba lo esperado, que no era, precisamente, poco siendo películas de, aproximadamente, un minuto de duración.



Eso, sí: a ceremoniosos no hay quien les gane a estos organizadores y actuantes. A las palabras de la presentadora, que ya desglosó una larga lista de nombres propios y extraños, les siguieron las que inauguraban el FICUNAM a cargo, cómo no, de la belleza emiliano-romañola de Eva Sangiorgi, directora del Festival, quien, por cierto, no se escaqueó ni un día: era normal verla moverse de acá para allá atendiendo a todo el mundo incluido el mismísimo autor de blogodecine.

Abría el evento el corto "A glória de fazer cinema em Portugal", que también supone el estreno de este blog en lo que se refiere a textos acerca de este formato más conocido como corto, que se ha hecho esperar demasiado por esta página.



Por favor, ni se les ocurra echarle un ojo al argumento que figura, sin ir más lejos, en el enlace con el que he ligado el título de la pieza un poco más arriba, que me temo que lo he hecho poniendo a prueba al lector y espectador. Es mejor esperar a esos deliciosos diecisiete minutos que dura esa glória. Podría llamase gloria como podría llamarse milagro: un estudio de las casualidades extremas, de las coincidencias mágicas que dan lugar a hechos, sensaciones e incluso a una larga aventura todavía por concluir.



Este corto centrado en la intrahistoria de Portugal, país inédito y sorprendente en todo momento, recuerda a un filodocumental tampoco demasiado largo que lleva por nombre Memorándum (Juan Millares, 2013), que no se escapa de una labor personal, inclasificable y preciosista, y que, a pesar de su limitada distribución, nos hace creer en el cine y en la época maravillosa que vive el séptimo arte en la actualidad. También Memorádum hablaba de las coincidencias inventadas o no.

Porque la gloria de A Glória de fazer cinema em Portugal es el juego que nos plantea entre documental y fantasía hasta el punto de que nos tragamos un argumento que bien pudiera ser más falso que Judas ¡pero tan hermoso! Uno se fía de ese guion: los hallazgos que llevan a otros hallazgos, el azar que provoca unos acontecimientos imprevistos, las casualidades y la causalidad de haber coincidido en ciertas reuniones determinados individuos cuyas inquietudes artísticas podrían haber dado lugar al nacimiento de Algo Gordo.



Ya se barrunta una consecuencia imprevista cuando, al principio de la película, se describen las visicitudes de un coleccionista teniendo como fondo omnipresente una música de terror que presagia el advenimiento de un suceso, de alguna manera, capital. Si a esa música ciertamente tétrica se le solapa una voz cargada de autoridad, puede afirmarse que, aun sin saber de qué se trete, aquí pasa Algo.



No se puede añadir nada porque comentar diecisiete minutos de metraje sin descubrir lo que se esconde en ellos es tarea harto laberíntica. Por favor: indaguen, investiguen, muévanse si quieren bañarse de sencillez y de genio al mismo tiempo.

¿Que a quien le gustaría A glória de fazer cinema em Portugal? Sobre todo, a los lusistas, entre los que se encuentra, sin dudarlo, El Cinéfilo Ignorante, y también a todos los amantes del formato de cortometraje pero también a los coleccionistas de objetos aparentemente inútiles, a los historiadores del cine, a los enamorados de lo viejo, a los entusiastas de la literatura de vanguardia de principios del siglo pasado, a los excéntricos en general y a todo aquel que aboga por un prólogo de peso para producciones artísticas de gran calado.

Qué menos que este glorioso cortometraje se lleve sus ★★